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Las almohadillas gruesas de las patas de su perro están diseñadas para protegerlo en superficies rugosas, pero esto no significa que estén hechas para soportar cualquier situación. Las temperaturas extremas pueden causar dolor y daños graves.
Sensibilidad
Aunque sus patas no son tan sensibles como tus manos, tu perro puede sentir frío y calor a través de las almohadillas de sus patas. El calor es especialmente peligroso, ya que las almohadillas pueden quemarse si entran en contacto con superficies demasiado calientes. El asfalto, el hormigón y la arena pueden alcanzar temperaturas en las que su perro no se sienta cómodo. Las temperaturas frías, la nieve y el hielo pueden provocar quemaduras por congelación, incluso en las almohadillas de las patas. Algunos perros son más sensibles al calor que otros. Por ejemplo, un perro que vive principalmente en interiores puede encontrar una acera demasiado calurosa en un día de principios de verano, mientras que un perro que ha pasado mucho tiempo en superficies exteriores ásperas durante todo el año puede no importarle el calor inmoderado en las almohadillas de sus patas. Puede proteger las almohadillas de las patas de su perro de daños poniéndole botines protectores hechos especialmente para perros.